Productos hidrososteniblesaceptación por el consumidor

  1. SÁNCHEZ BRAVO, PAOLA
Dirigida por:
  1. Esther Sendra Nadal Director/a
  2. David B. López Lluch Codirector/a

Universidad de defensa: Universidad Miguel Hernández de Elche

Fecha de defensa: 16 de febrero de 2021

Tribunal:
  1. Francisco Burló Carbonell Presidente/a
  2. Laura Vázquez Araújo Secretaria
  3. Armando Burgos Hernández Vocal

Tipo: Tesis

Teseo: 649076 DIALNET

Resumen

La sostenibilidad se definió por primera vez en 1987 como la capacidad de satisfacer las necesidades de la generación actual sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Este concepto se basa en 3 pilares fundamentales: medio ambiente, sociedad y economía. Actualmente, la pobreza, el cambio climático, la contaminación ambiental y el agotamiento de los recursos naturales han generado una mayor preocupación por la sostenibilidad. Para lograr el desarrollo sostenible, la agricultura es uno de los principales campos a considerar y es clave para abordar los problemas económicos, ambientales y éticos. El agua, especialmente en las regiones áridas y semiáridas, es cada vez más un bien disputado entre los diferentes sectores productivos, por lo que se prevé la necesidad de gestionar su uso de forma más sostenible en la agricultura. Se han realizado varios esfuerzos para mejorar la conservación de los recursos hídricos, pero la mayoría de ellos no han involucrado a los productores a nivel de campo; y, en consecuencia, han perdido la oportunidad de generar una mejora real en términos de sostenibilidad. Debido a la gran dificultad en la medición objetiva de todos los conceptos incluidos dentro de la sostenibilidad, establecer una única forma de abordarla resulta imposible. Actualmente, uno de los indicadores de sostenibilidad que se ha podido y puede objetivizarse para hacerlo medible es el esfuerzo por la optimización en el uso de agua en agricultura y en la transformación o elaboración de alimentos. Ya se dispone de índice de hidrosostenibilidad en campo para el cultivo del olivo y en la industria para la obtención de aceite de oliva virgen extra y aceituna de mesa. El índice de hidroSOStenibilidad evalúa 16 indicadores de campo agrupados en hidráulicos y agronómicos y, además, aquellos indicadores de calidad que muestran respuestas características o típicas en condiciones de riego deficitario controlado: (i) ácidos grasos, (ii) contenido de compuestos fenólicos y (iii) atributos sensoriales. Por otro lado, el último eslabón, el consumo sostenible, depende de las percepciones de sostenibilidad de los consumidores y de cómo afectan a su comportamiento. Cada vez más los consumidores demandan alimentos producidos bajo prácticas sostenibles y buscan involucrarse en el proceso de mejora de la sostenibilidad alimentaria. Bajo tales premisas, el objetivo de tesis doctoral fue identificar los segmentos de consumidores en función de su percepción y aceptación de sostenibilidad e hidrosostenibilidad. Para comprender cómo los consumidores perciben la sostenibilidad y las opciones para ahorrar agua en la cadena alimentaria se realizó un estudio de consumidores on-line en Brasil, China, India, México, España y Estados Unidos, con 600 consumidores por país. Se evaluó el efecto de los factores país, edad, género, ingresos y nivel educativo. A los participantes se les hicieron preguntas organizadas en diferentes niveles: sostenibilidad general y disposición a pagar en diferentes categorías de alimentos, sostenibilidad en las categorías de alimentos, hidroSOStenibilidad en las categorías de alimentos y el empleo de un logotipo hidroSOStenible. Los consumidores tienen una idea confusa de lo que es un producto sostenible, relacionándolo sobre todo con alimentos ecológicos y de mayor calidad. Los países menos desarrollados, como la India, mostraron una mayor disponibilidad a pagar un precio más alto por este tipo de productos, e independientemente del país, los consumidores piensan que las categorías de alimentos en las que es posible ahorrar más agua son las vinculadas directamente a los productos agrícolas, es decir, “cereales y productos a base de cereales” y “hortalizas, frutos secos y legumbres”. Además, los consumidores no asocian los productos procesados, como los snacks, con un alto consumo de agua, a pesar de que provienen de productos agrícolas como los cereales y requieren más procesamiento. En general, se encontró que la actitud de los consumidores hacia la sostenibilidad se entiende de manera diferente en cada país. Los consumidores con menor nivel educativo y las generaciones mayores mostraron el menor conocimiento y preocupación por la sostenibilidad alimentaria y los problemas relacionados. El nivel de ingresos afectó en a la percepción dependiendo del grupo de alimentos y el género no modificó la percepción. Los resultados suponen un incuestionable progreso en el campo de la fruticultura y proporcionan un valor añadido a los frutos (índice de hidroSOStenibilidad) que permitirá su adaptación a las nuevas tendencias del mercado. A su vez, permitirá desarrollar estrategias para sensibilizar a la población y segmentar las campañas de formación según el colectivo al que van dirigidas proporcionará una mayor concienciación y un mayor impacto para alcanzar un futuro sostenible.