Euskal literaturaren irakaskuntza hego euskal herriko batxilergoan
- Jon Kortazar Uriarte Zuzendaria
- Patxi Juaristi Larrinaga Zuzendaria
Defentsa unibertsitatea: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea
Fecha de defensa: 2009(e)ko martxoa-(a)k 31
- Xabier Aierdi Urraza Presidentea
- Patxi Salaberri Muñoa Idazkaria
- Matilde Sainz Osinaga Kidea
- Ur Apalategi Idirin Kidea
- Ana María Toledo Lezeta Kidea
Mota: Tesia
Laburpena
Esta tesis analiza la enseñanza de la literatura vasca en el Bachillerato. El campo de investigación ha sido el Sur de Euskal Herria, y mediante diferentes técnicas sociológicas (tanto cualitativas como cuantitativas), la autora ha ahondado en los objetivos que se persiguen, las metodologías que se utilizan y los contenidos que se trabajan en la asignatura de Lengua y Literatura Vasca. En la primera parte de la tesis se ofrece una base teórica sobre el modo de entender la literatura como una acción social y comunicativa, y sobre las funciones que se le atribuyen hoy en día a la escuela. Si bien es verdad que desde la época del Romanticismo hasta la década de los 70 del pasado siglo XX la literatura se entendía como un cúmulo de textos, las teorías comunicativas (teorías sistémicas, teoria de la recepción, etc.) han volcado ese modo de entender la literatura, y han defendido que la literatura es un hecho social, donde factores sociales tales como el mercado, la institución, el código, el producto, el autor y el lector influyen de forma notable en el desarrollo de la literatura misma. En consecuencia, es de vital importancia analizar en la literatura dichos elementos, puesto que ese análisis hace posible entender cómo se desarrolla la literatura. Por otra parte, la didáctica es en sí misma una disciplina integrante, donde se han de tener en cuenta tanto la ciencia de referencia (la literatura, en este caso), como la ciencia de la didáctica. En ese aspecto, en el siglo XX la escolarización obligatoria cambió de raíz la manera de entender la escuela, lo cual condujo a la escolarización de todas las clases sociales, y obligó a la escuela a replantearse la función de la enseñanza. Fue entonces cuando se planteó la escuela como un centro donde se debían enseñar habilidades, ofreciendo a los alumnos experiencias directas en la materia. En el caso de la literatura, en la década de los 70 muchos pedagogos y teóricos literarios defendieron que la función de la enseñanza de la literatura es ayudar a los alumnos a desarrollar capacidades comunicativas. En el caso de la enseñanza de la literatura vasca, esta tesis defiende que en los centros del Sur de Euskal Herria se han sobrepuesto dos modelos de enseñanza: uno, que entiende la enseñanza de la literatura como asignatura para transmitir la historia de la misma, y más concretamente, los autores y textos canonizados: y por otro lado, el modelo comunicativo, el cual entiende la enseñanza de la literatura como una oportunidad para desarrollar capacidades literarias y comunicativas del alumno y promover su afición por la lectura. El resultado de la superposición de los dos modelos es un modelo en el cual ni los alumnos ni los profesores tienen claro cómo y qué se debe estudiar. Y sobre todo, qué objetivos hay que alcanzar. Como consecuencia, cada profesor y cada centro imparte la asignatura de un modo, y no está garantizada la presencia de la literatura en las aulas (puesto que queda bajo el criterio del profesor decidir cuánto tiempo se le dedicará a la lengua y cuánto a la literatura). Por otra parte, y según los datos que se ofrecen en esta investigación, son el género literario, los premios literarios y los libros de texto los que influyen de manera más notoria en la elección de los contenidos que se trabajan en clase. En cuanto a las obras literarias que se leen durante el curso, los dos factores decisivos son el género literario y, en el caso de algunos profesores, la consagración del autor. Para finalizar, la autora de la tesis remarca que la enseñanza de la literatura vasca hoy en día no consigue alcanzar ninguno de los objetivos que se marcan en la ley curricular: por una parte, se imparte la historia de la literatura solamente en algunos centros y limitándose a los autores que han trabajado el género narrativo. En el caso de las lecturas de obras literarias, en primer lugar el 96 % de las obras son del género narrativo, y en segundo lugar, dichas lecturas no tienen como fin desarrollar capacidades comunicativas ni promover la afición por la lectura (así lo demuestra el hecho de que el único seguimiento de las lecturas sea un control para poder verificar que se ha leído la obra). Y por último, la mayoría de los ejercicios que se realizan en clase tienen como único objetivo afianzar los contenidos conceptuales. Por todo ello, la autora defiende que es de vital importancia reflexionar sobre la enseñanza de la literatura, y encaminar la asignatura hacia unos parámetros más comunicativos, dinámicos, prácticos y motivadores para los alumnos, mediante los cuales el alumno desarrolle la capacidad de entender -y, en un nivel más elemental, de elaborar- textos de diferentes géneros literarios y de entender cómo funciona y evoluciona la literatura.