Serorak Euskal HerrianIkuspegiak, hastapenetatik desagerrarazterarte (Antzinate Berantiarra - XVIII. mendea)
- LARRAÑAGA ARREGUI, MIKEL MARTIN
- Alberto Angulo Morales Director/a
- Iñaki Bazán Díaz Codirector/a
Universitat de defensa: Universidad del País Vasco - Euskal Herriko Unibertsitatea
Fecha de defensa: 22 de de gener de 2016
- Joseba Agirreazkuenaga Zigorraga President/a
- Monika Madinabeitia Medrano Secretària
- Juan Madariaga Orbea Vocal
Tipus: Tesi
Resum
Las seroras constituían una institución de semireligiosas que floreció dentro de la cultura vasca, y que diferentes teorías hacen provenir de las diaconisas de la Antigüedad, o bien de formas arcaicas de vida eremítica y monástica. La denominación incluía una vasta variedad de formas de vida que se daban en relación a muy diferentes situaciones institucionales, religiosas, sociales y económicas; estas mujeres religiosas formaban parte de la vida diaria de las comunidades vascas de las edades Media y Moderna, dedicándose a la vida semieremítica y al servicio parroquial, y desarrollando una enorme variedad de actividades, entre las que se encuentran la agricultura y la ganadería, las asistencias social, religiosa y económica, los cuidados médicos, el comercio, el préstamo, o la administración de bienes propios o ajenos. Dentro del espacio en el que se desarrolló la cultura vasca, la clausura -activa- no se generalizó como modelo de vida religiosa femenina hasta el siglo XVIII, a finales del cual las serorías fueron finalmente prohibidas y rechazadas por instituciones así religiosas como civiles, después de varios intentos de siglos anteriores. Si bien la persecución por medio de prohibiciones y leyes consiguió una gradual delimitación de sus funciones y una devaluación de su percepción social como religiosas frente a las monjas, la autonomía social y económica de la que disfrutaban las seroras aseguró la resistencia y la larga permanencia de la institución. A ello contribuyeron también las estructuras religiosas arcaicas que persistieron en una sociedad, la vasca, que mantuvo un trasfondo de sincretismo religioso de larga duración baio el manto del cristianismo oficial.